Mi Historia y mi Propósito

No empecé a entrenar por estética.
Empecé porque me sentía mal. Porque mi cuerpo, mi mente y mi vida estaban colapsando.Conocí el entrenamiento como una herramienta de sanación.
No solo transformó mi físico, sino mi energía, mi autoestima, mi salud mental.
Por eso decidí dedicarme a esto: para acompañar a otras personas, especialmente mujeres, en sus propios procesos.
Sé lo que es no sentirse a gusto con el cuerpo.
Sé lo que es atravesar trastornos alimenticios, ansiedad, estrés, dolor emocional.
Por eso creo profundamente que el primer paso no es verte bien, sino sentirte bien.
Mover el cuerpo es comenzar a sanar.Con el tiempo, la energía cambia. La vibra interna se equilibra.
Y entonces los cambios físicos llegan… pero ya no son una obsesión, ni una exigencia.
Son la consecuencia de un proceso vivido con amor, paciencia y consciencia.
Porque no sirve de nada verte bien si por dentro seguís lastimada.
Si tu mirada hacia vos es de crítica constante, si la comparación te envenena.
Solo cuando empezás a sanar desde adentro, podés valorar tu reflejo con más amor.
Y cuando eso pasa, descubrís que el verdadero cambio nunca fue en el espejo…

Fue en vos..!